AGUA DE CALIDAD EN LOS ANÁLISIS DE LABORATORIO

El agua uno de los reactivos de uso común y considerado como el disolvente universal, es de vital importancia cuidar su pureza. Por lo tanto es de vital importancia cuidar su pureza. Si se mantiene un control sistemático de la pureza o calidad del agua para uso en el laboratorio se promueve la eliminación de sesgo en los resultados, se evitan interferencias o reacciones colaterales y se aumenta así la confiabilidad en dichos resultados. [1]   Generalmente presenta altas cantidades de sales de calcio y magnesio, interfiriendo en un alto valor de dureza, también contiene otros compuestos como hierro, sílice, manganeso, cloruros, sulfatos, sodio y otros materiales en suspensión. Las incrustaciones en los procesos en la industria son muy comunes a causa de la dureza, es por eso la importancia de dar un tratamiento previo a ingresarla al proceso. Actualmente existen múltiples métodos en el tratamiento, dependiendo de la calidad de agua requerida será la rigurosidad del método. Para el uso de agua en laboratorio, debe tener ciertos requisitos de calidad, la cuál debe ser analizada regularmente y valorar su proceso de purificación. En especial para este uso se promueve la eliminación del sesgo en los resultados lo cual repercute en la confiabilidad. Hoy en día hay  instituciones u organismos internacionales que se dedican al establecimiento de los parámetros de referencia en calidad de agua. Están definidos los diferentes niveles de pureza del agua en función de los parámetros fisicoquímicos, tales como conductividad eléctrica, resistividad, contenido de carbono, oxígeno o sílice. Una de las instituciones más conocidas respecto a la clasificación del agua es la American Society for Testing and Materials (ASTM).

Clasificación De Los Tipos De Agua Según ASTM 1193: 2001. [2]

 TIPO I Usada para procedimiento que requieren de máxima exactitud y precisión; tales como espectrometría atómica, fotometría de llama, enzimología, gas en la sangre, soluciones buffer de referencia y reconstitución de materiales liofilizados usados como estándares. El agua Tipo I, debe seleccionarse siempre que en la prueba sea esencial un nivel mínimo de componentes ionizados o cuando se preparan soluciones para análisis de rastreo de metales.

TIPO II Recomendada para la mayoría de las pruebas analíticas y generales de laboratorio, tales como los análisis hematológicos, serológicos y microbiológicos; así como para métodos químicos en los que específicamente no se indique o se haya comprobado que requieren agua de calidad Tipo I. La ASTM especifica que el agua Tipo II sea preparada por destilación y como factor importante recomienda que esté siempre libre de impurezas orgánicas.

TIPO III Satisfactoria para algunas pruebas generales de laboratorio; para la mayoría de los análisis cualitativos, tales como uroanálisis, procedimientos histológicos y parasitológicos; para el enjuague de muestras analíticas; preparación de soluciones de referencia; y para el lavado o enjuague de cristalería (el enjuague final de la cristalería debe hacerse con el tipo de agua especificado para el procedimiento realizado).

TIPO IV Agua con una conductividad final máxima de 5,0 µS/cm. Sirve para la preparación de soluciones y para el lavado o enjuague de cristalería.

PURIFICACIÓN DE AGUA.

 Existen diferentes calidades de agua y diversas necesidades en función de su uso. En la purificación existen distintos procesos para eliminar las impurezas; entre los más importantes se encuentran:

  • Filtración.
  • Ultrafiltración.
  • Destilación.
  • Osmosis Inversa (Figura 1.1).
  • Adsorción con carbón activado.
  • Desionización.

Algunos tipos de calidad en el agua, no se pueden obtener con un solo proceso de purificación, es necesario la combinación de más de uno de ellos, para lograr la calidad deseada de acuerdo a sus características fisicoquímicas. Como complemento se requiere de un tratamiento continuo y reiterativo para preservar e incrementar su calidad.

En el mercado actual hay una variedad de equipos que nos brindan agua de calidad (Figura 1.2), son modernos y sofisticados, dependiendo de las características que se necesiten será diferente el proceso, o en algunos casos la combinación de varios. Al elegir un equipo para  dicho fin, se debe tomar en cuenta el mantenimiento, para que al incrementar el tiempo de uso siga procesando agua de la misma calidad. O en su defecto hacer configuraciones necesarias para poder optimizar su eficiencia. Cuando sea posible evitar su almacenamiento debido a que cuando el agua no se emplea continuamente y se almacena por períodos prolongados, disminuye su calidad fisicoquímica. Es fundamental tener un purificador, para evitar los problemas mencionados. O en su caso tener que esperar tiempos prolongados para ser suministrados de agua por un externo.

Conclusión

Obtener agua con la calidad adecuada para los laboratorios, depende de la selección del proceso de purificación y de un controlador preciso que detecte las impurezas.  Las claves para tener agua de calidad son; validar la calidad, evitar el  almacenamiento  y dar mantenimiento del sistema de purificación. Este tipo de agua debe ser utilizada en laboratorios de precisión para que sus resultados sean confiables y que disminuya el sesgo en los mismos a causa de impurezas.

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Bibliografía

[1] Torres-Lozano M, Lara-Manzana JV. Selección y producción de agua para uso en el laboratorio. CNM-MRD-PT-017.CENAM; 2000.

[2] ASTM 1193: 2001 Standard specification for reagent water.