IMPORTANCIA DE LA HUMEDAD DE PACAS PARA SU ALMACENAJE

El proceso de henificación convierte un forraje verde y perecedero en un producto que puede ser almacenado en forma segura y transportado fácilmente sin riesgo de deteriorarse; al mismo tiempo, las pérdidas de materia seca y nutrientes se limitan a un mínimo. Este proceso se basa en una reducción del contenido de humedad de 70-90 % a 20-25 % o menos. Las técnicas aplicadas para las pasturas naturales, las praderas artificiales y para los cultivos específicos destinados a ser conservados son consideradas a tres niveles de tecnología: producción manual de heno, mecanización simple con animales de tiro o pequeños tractores y sistemas totalmente mecanizados.

Perdidas de materia seca.

Las pérdidas de materia seca se deben a la respiración de la planta, a la actividad microbiana y al deterioro por climatología adversa. Incluso a niveles de humedad bajos (20% o menos) las pérdidas por respiración y por actividad de un bajo contenido en microorganismos son prácticamente inevitables. Cuando el desarrollo fúngico es visible (más del 20% en humedad) las pérdidas de materia seca son altas y se produce el calentamiento del forraje por la actividad microbiana, con la pérdida de calidad nutritiva del mismo. A niveles de humedad seguros (menos del 20% en pacas pequeñas, 18% en pacas redondas y 16% en grandes pacas prismáticas) hay que asumir pérdida de materia seca de alrededor del 5% cuando el heno se almacena bajo techo.

Ilustración 1. Almacenamiento de heno, bajo techo

El cambio en la forma y/o tamaño de las pacas ha conducido a unas mayores pérdidas durante el almacenamiento. No es que el uso de grandes pacas prismáticas o de pacas redondas implique necesariamente mayores pérdidas, pero sí suelen estar expuestas con mayor probabilidad a condiciones de almacenamiento inadecuadas, permaneciendo a menudo a la intemperie, sin protección alguna, entre el empacado y su distribución al ganado.

Pérdidas de calidad de forraje.

Las condiciones de almacenamiento pueden tener también un considerable efecto sobre el valor nutritivo y la composición química del heno. La cantidad total de proteína bruta disminuye en el heno expuesto al exterior, aunque su porcentaje aumenta debido a la pérdida de materia seca (fenómeno no infrecuente cuando llueve sobre el forraje extendido en el campo).

El incremento de FAD y disminución de IVDDM implica el menor contenido en carbohidratos solubles. Las pérdidas de calidad del heno almacenado en condiciones adversas son habitualmente más altas en leguminosas que en gramíneas.

Además de las elevadas pérdidas en materia seca y valor nutritivo que se producen cuando el heno se almacena a la intemperie, el heno deteriorado presenta una menor palatabilidad e ingestibilidad, incrementándose las pérdidas por el propio rechazo del ganado. Éste come sólo la porción central de la paca.

Ilustración 2. Valor nutritivo del heno según su almacenamiento.

La mayor parte de las pérdidas en el almacenamiento se dan en pacas de heno colocadas a la intemperie y que cuanto más larga sea esta exposición mayor serán las pérdidas. Cuando las pacas no son cubiertas con un material impermeable (si se encuentran en el exterior) la humedad de aquéllas se incrementa enormemente, principalmente en los primeros 5-7 cm, donde la humedad puede aumentar un 120%. La humectación del forraje comienza lentamente, pero luego se acelera debido a que la lluvia penetra más fácilmente a través de una superficie ya mojada. También es más lento el secado posterior. En teoría, la superficie exterior de la paca debería evitar la penetración del agua, especialmente aquélla que se ha formado con alta presión. Esto es cierto cuando se ha empacado uniformemente una densa bala de heno de tallos finos, hojoso y libre de malas hierbas. Por el contrario, pacas de heno de forraje con tallos gruesos, toscos, largos y huecos no resultan tan “impermeables”. Una vez que surge el enmohecimiento y éste profundiza, el secado del forraje es más dificultoso. No olvidemos, además, que una paca redonda de 1.8 m de largo y 1.8 m de diámetro recibe alrededor de 33 L de agua por cada mm de lluvia. Dicho de otro modo, si durante su almacenamiento en el exterior caen 75 mm de lluvia esta paca recibirá 2,500 L de agua.

Los problemas de la henificación varían de acuerdo al cultivo, al clima y a las condiciones del tiempo prevalente en el momento de la cosecha:

  • En condiciones templadas subhúmedas y húmedas el principal problema es la velocidad del secado ya que para evitar el deterioro del forraje es necesario que pierda humedad tan pronto como las condiciones lo permitan.
  • En contraste, en condiciones cálidas y secas, los problemas más probables son la caída de las partes más finas de la planta a causa de un secado excesivamente rápido o el blanqueado del forraje por la luz solar con la consecuente pérdida de caroteno y vitaminas.

Ilustración 3. Tiempo de secado del heno

Factores que afectan a las pérdidas por almacenamiento en el exterior.

Densidad de paca:

En general cuanto más densa es la paca, menos es la cantidad de heno que se pierde, asumiendo que la humedad de éste es inferior al 20%. Esta densidad depende en gran medida del tipo de empacadora utilizada. En las grandes pacas prismáticas la densidad es más uniforme en todo el volumen de la paca, mientras que en las pacas redondas la densidad será uniforme en todo el volumen de estas cuando la máquina es de presión variable. Lo importante, en este caso, es que la zona exterior de la paca tenga presión suficiente para evitar la entrada de agua. Su densidad debería ser, al menos, de 160 kg/m3.

También el tipo de forraje que se empaca tiene su influencia. Forrajes de tallos finos, hojosos, etc., permiten empacarlos a mayor densidad. No obstante, no hay que olvidar que, si a mayor densidad de empacado reduce la penetración del agua, también reduce la cantidad de agua y de calor que puede salir de la paca. Por ello, en cuanto más alta sea la densidad más seguros debemos estar que la humedad del forraje no alcance niveles peligrosos.

Ilustración 4. Rollos de heno 

Operación y técnicas de henificación.

Un cordón de heno uniforme y de dimensiones adecuadas para el tamaño de la empacadora que se utilice facilita la formación de pacas densas y uniformes. Si las sucesivas operaciones de volteo, hilerado y empacado se realizan en la misma dirección en que se segó el forraje también favorece la formación de pacas más compactas.

El sistema de atado también parece tener un efecto sobre las pérdidas. Cuando las pacas redondas se atan con cuerda, si estas se encuentran espaciadas 5 cm en lugar de 20 cm, las pérdidas disminuyen, aunque se incrementa la cantidad de cuerda necesaria y el tiempo de atado.  Cuando se ata con malla, el tiempo de atado suele ser inferior y el rendimiento de empacado aumenta. Por otra parte, este sistema tiene ventaja adicional de proporcionar una mayor estabilidad a la paca, por tanto, ésta se maneja y almacena más fácilmente, aunque también supone un mayor coste.

Factores climáticos.

Obviamente, juegan un papel decisivo en el deterioro del heno cuando este se almacena en el exterior. En general cuanto mayor es la cantidad de lluvia que recibe el heno, almacenado, mayores serán las pérdidas. Sin embargo. La distribución de la lluvia tiene también su efecto, de tal manera que una tormenta deja 5 mm de agua, en poco tiempo tiene mucho menor impacto que si esa misma cantidad de agua cae en pequeñas cantidades a lo largo de un periodo más dilatado. La humedad relativa elevada ralentiza la velocidad de secado del heno húmedo, intensificando las pérdidas. La temperatura también influye, ya que puede favorecer la actividad microbiana.

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Bibliografía 

FAO. (2003). FAO. Obtenido de http://www.fao.org/docrep/007/x7660s/x7660s06.htm

HENO, A. Y. (s.f.). A. Callejo Ramos, V. Dias Barco. Madrid.

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