REQUERIMIENTOS NUTRIMENTALES DEL CULTIVO DE AVENA

La avena (Avena sativa L.) es una gramínea que ocupa el sexto lugar en la producción mundial de cereales porque se cultiva ampliamente con el propósito de producir grano para la nutrición humana o forraje para la alimentación animal.
La producción mundial anual de este cereal es de aproximadamente 22.5 millones de toneladas que se obtienen en 9.7 millones de hectáreas, con rendimientos promedio de 2.3 t×ha-1 y con un intervalo de 0.7 a más de 7 t×ha-1.

En México el cultivo de avena forrajera es predominantemente de temporal. En las cuatro principales entidades productoras, la superficie de esta modalidad alcanza 485 mil hectáreas.

Imagen 1. Producción de Avena en México (2017)

Durante el año 2017 se produjeron aproximadamente 10.08 millones de toneladas de forraje a partir de esta gramínea principalmente en los Estados de Chihuahua (28.05%), Durango (16.56%), México (11.63%) y Zacatecas (10.19%). Es una gramínea anual muy versátil en su adaptabilidad a distintas condiciones ambientales y de manejo.

La avena es una planta herbácea anual, perteneciente a la familia Poaceae, la especie sativa es la más cultivada, seguida de Avena byzantina.; sus características son las siguientes:

  • Posee un sistema radicular potente, con raíces más abundantes y profundas que los demás cereales.
  • Los tallos tienen poca resistencia al vuelco; tiene, en cambio, un buen valor forrajero.
  • La planta completa puede alcanzar desde 0.60 m hasta 1.50 m de altura.
  • La temperatura óptima para su desarrollo se encuentra entre 25 a 31 °C, una mínima de 4 a 8 °C y una máxima de 31 a 37 °C. Por otra parte, la tasa de germinación es mayor al 90% cuando la temperatura se encuentra entre 10 – 25 °C.
  • La avena para forraje tiene un ciclo de corte de 90 días, su rusticidad se traduce en no ser exigente en suelo, es tolerante a la sequía y resistente a fuertes heladas. Cuando se la cultiva pura, se recomienda una densidad de siembra de 80 kg/ha para el altiplano y 90 kg/ha para los valles y subtrópico.

Imagen 2. Ciclo vegetativo de la avena

Fertilización de la avena

Debido a que el sistema radicular de la avena es más profundo y desarrollado que el del trigo y la cebada, le permite aprovechar mejor los nutrientes del suelo, por tanto, requiere menos aportes de fertilizantes. La avena responde muy bien al abonado nitrogenado, aunque es sensible al encamado cuando se aplica a altas dosis.

La extracción media de avena por hectárea y tonelada es de 27,5 kg de N, 12,5 kg de P2O5 y 30 kg de K2O.

Junto a una adecuada preparación del suelo es importante conocer su contenido de nutrientes potencialmente aprovechables por el cultivo. Un análisis de fertilidad, permite corregir las deficiencias existentes en el suelo con un adecuado programa de fertilización. En ciertos casos, cuando los niveles son suficientes o están por sobre lo requerido, se ahorra fertilizantes.

El nitrógeno comúnmente es el más deficitario para el cultivo de este cereal. Es por ello que el uso de fertilizantes nitrogenados mejora la producción de macollos y el peso de las panojas, aumentando el rendimiento y la proteína del grano. No obstante, un exceso de nitrógeno induce un mayor desarrollo vegetativo y una mayor altura, lo que aumenta el acame. La disponibilidad de nitrógeno depende principalmente del tipo de suelo, contenido de materia orgánica, fertilización del cultivo anterior y de la rotación de cultivos.

Imagen 3. Acame en avena causada por exceso de nitrógeno

Cuando la disponibilidad de fósforo es baja (6 mg/kg), la fertilización con este nutriente beneficia la producción de grano.
Respecto al potasio, no existe información sobre la respuesta reproductiva de la avena. Sin embargo, se recomienda aplicar cuando el nivel del suelo es inferior a 40 mg/kg de potasio disponible.

En la región de los Valles Altos de México en los últimos años personal del INIFAP ha realizado investigaciones sobre la fertilización del cultivo de avena. Los resultados de estos estudios indican que en ambientes de producción favorables a intermedios el cultivo solo requiere 20 unidades de nitrógeno y 20 unidades de fósforo (fórmula 20 – 20 – 00 de N-P-K). En ambientes críticos, donde llueve menos de 400 mm, se recomienda fertilizar con esta fórmula únicamente cuando la precipitación sea superior a los 400 mm.

Con la fórmula de fertilización 20 – 20 – 00 de N-P-K se mejorará la producción y por lo tanto la rentabilidad del cultivo, para lo cual se recomienda mezclar un bulto de Urea y un bulto de Super Fosfato de Calcio Triple y aplicar la mezcla al momento de la siembra.

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Bibliografía
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