IMPORTANCIA DE LA HUMEDAD EN EL PROCESO DE HENIFICACIÓN DE LA AVENA

La avena (Avena sativa) en México es un cultivo que tiene una amplia adaptación climática, pues llega a prosperar en zonas frías, templadas, áridas y semicálidas. De esta especie, la avena forrajera es el tercer cultivo de importancia económica.
Es una importante planta productora de grano en varios países, que también se utiliza como forraje para la alimentación de animales en pastoreo, heno o ensilado. Esta gramínea produce forraje de buena calidad cuando otros cultivos forrajeros de mejor calidad son escasos. En México la superficie sembrada con avena en riego y temporal (secano) se incrementó de 311 218 ha en 1990 a 942 823 en 2011. En este mismo año se establecieron 885 728 ha de avena en condiciones de temporal, de las cuales 93.7 % se destinaron para forraje y 6.3 % para grano (SIACON, 2011).

Este cultivo es una alternativa para las siembras tardías cuando ya no se recomienda el establecimiento de maíz o frijol. En temporal, las condiciones de precipitación óptimas para este cultivo son de 400 a 500 mm, aunque se puede cultivar en regiones donde la precipitación acumulada llega a ser de 250 a 770 mm. En estos lugares, su forraje representa una opción para la ganadería, ya que sirve para la suplementación de becerros en invierno y mantenimiento del ganado durante la época de sequía.

Para la cosecha se debe tener en consideración la calidad y cantidad de forraje que queremos obtener, lo que va a depender principalmente del estado de madurez a que son cosechados. Además, en temporal se debe de tener en cuenta la cantidad de lluvia recibida, pues puede ser conveniente cortar antes de lo previsto si no se espera suficiente lluvia para que el cultivo llegue a estados de desarrollo avanzados. Las etapas a que se pueden cosechar son las siguientes:

Estado de floración

La planta permanece verde pero las hojas inferiores comienzan a secarse. En esta etapa se obtiene la máxima cantidad de materia seca digestible, sin embargo, la producción de materia seca es menor en un 15 – 25%. Es conveniente cortarlo en este estado cuando se proporciona el forraje a animales con altos requerimientos de nutrientes, como animales en crecimiento, vacas en lactación o en el último tercio de gestación. Las mayores ganancias de peso por hectárea se obtienen cuando se corta en este estado.

Imagen 1. Floración de la avena

Estado lechoso

En este estado es el menos palatable al ganado y produce menores ganancias de peso cuando se ha probado con ganado de carne y borregos, por lo que es preferible esperar a cortar en estado de masa blanda.

Imagen 2. Grano de avena en estado lechoso

Estado de masa blanda

El forraje cortado en este estado tiene el mayor rendimiento de forraje seco, pero una menor digestibilidad de la fibra y contenido de proteína, con relación al forraje cortado en estado más tierno. Después de este estado, disminuye considerablemente la calidad del forraje y no se incrementa el rendimiento. Se recomienda cortar en este estado cuando se quiere obtener la máxima cantidad de pacas o el forraje cosechado se va a proporcionar a animales con menores requerimientos nutricionales, como animales en mantenimiento, vacas con menos de 6 meses de gestación o animales en crecimiento con bajas ganancias de peso.
Un estado óptimo para maximizar los rendimientos por hectárea, es en la etapa de lechoso-masoso a masoso-suave. Cuando el corte se realiza en esta etapa, las características nutricionales del forraje, como digestibilidad in vitro, energía neta de lactancia y digestibilidad de la fibra detergente neutro, se consideran de buena calidad.

Imagen 3. Grano de la avena en estado masoso

Henificación

La desecación natural de los forrajes verdes se produce en forma efectiva a partir de temperaturas de 15°C, con humedades relativas en la atmósfera que no superen el 70 % y alcanza las condiciones favorables con temperaturas superiores a 25 °C y humedad relativa inferior al 60 %. El proceso puede durar menos de dos días en condiciones favorables, pero, cuando estas son adversas, supera la semana.

Imagen 4. Corte de la avena sistema semi automatizada

Durante el proceso de desecación, las capas superficiales que van secándose impiden la evaporación y reducen la transpiración de la masa de forraje que se encuentra debajo de ellas, por lo que es necesario voltear el forraje para airearlo y exponerlo uniformemente a la acción del sol y al efecto de las brisas o vientos que pudieran producirse.

En consecuencia, el proceso de henificación natural de los forrajes verdes no es más que un conjunto de operaciones con las que se extiende y voltea el forraje durante el día para que, expuesto a la radiación solar, pierda humedad, y se recoge o hilera durante la noche para que la absorción de humedad del ambiente sea la mejor posible.

Una vez desecado el forraje hasta la humedad adecuada, es necesario recogerlos y disponerlos para su conservación más o menos prolongada, para facilitar el almacenamiento, se empezó por hacer fardos o pacas de forma prismática y peso adecuado para su manipulación (15-30 kg/ud). Para realizar la operación es necesario que el heno tenga una humedad del 18 al 20 %, como máximo, ya que, una vez empacado, es muy difícil su desecación posterior.

Imagen 5. Empacado de forraje de avena

El heno que queda suelto y esponjoso, continuará desecándose en el henil, por cuya razón puede empacarse con una humedad hasta del 30%; pero debe vigilarse el posible recalentamiento del heno almacenado.

Beneficios del monitoreo de la humedad del heno

Evitar crecimiento fúngico: En henos con un nivel de humedad entre el 20% y el 35% el principal desarrollo microbiano es el de los hongos. Esta actividad fúngica no es deseable por las siguientes razones:

  • Los hongos consumen nutrientes produciendo CO2 y agua y causando pérdidas de materia seca, de nutrientes digestibles y de energía.
  • En estas reacciones químicas donde intervienen se produce calor, algunas veces tan intenso que puede dar lugar a la combustión espontánea del forraje.
  • Pueden producir toxinas perjudiciales para el animal y disminuir el nivel de de ingestión. Los alimentos enmohecidos tienen un elevado contenido en estrógenos, que pueden reducir la resistencia del animal a infecciones, en particular mamitis.
  • Producen esporas que, si son inhaladas por las personas, pueden causar enfermedades respiratorias.
  • La presencia de moho reduce el valor comercial del heno.

Equipos necesarios para el monitoreo de la humedad en el heno, los encuentras en PROAIN TECNOLOGÍA AGRÍCOLA.

MEDIDOR DE HUMEDAD DE HENO DTH1 SONDA 18 PULG AG071006

Bibliografía

A. Callejo Ramos, V. D. (s.f.). El proceso de henificación. Madrid.
Ordoñez, S. R. (2013). Producción y calidad del forraje de variedades de avena en función del sistema de siembra y de la etapa de madurez al corte. Revista Fitotecnia Mexicana.
Ricardo A. Sánchez Gutiérrez, H. G. (2013). Producción y calidad de forraje de variedades de avena en condiciones de temporal en Zacatecas, México . revista mexicana de ciencias pecuarias.
Terrón, P. (202). Fitotecnia, Ingenieria de la producción vegetal . Madrid, Barcelona, México: Mundi-Prensa.

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