Medir la huella hídrica a nivel mundial, en todas las actividades económicas, es una tarea pendiente, en la Agricultura es una tarea urgente, porque más del 77% del agua se consume en el Agro, la productividad del agua es otro indicador que cobra vigencia, ante la necesidad de producir más con menos agua.
En 2015, el mundo se comprometió con el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) No 6 como parte de la Agenda 2030: la promesa de que todos tendrían agua y saneamiento gestionados de forma segura para 2030. Al día de hoy, nos encontramos muy lejos de conseguirlo.
“La FAO trabaja con los países para asegurar que el uso del agua en la agricultura sea más eficiente, productivo y respetuoso con el medio ambiente. Esto implica producir más alimentos mientras, utilizando menos agua, construir la resiliencia de las comunidades agrícolas para hacer frente a las inundaciones y las sequías y aplicar tecnologías de agua limpia que protejan el medio ambiente. La FAO además apoya a los países en el seguimiento del uso de los recursos hídricos y los niveles de estrés por déficit hídrico.” ODS 6. Agua potable y saneamiento | Objetivos de Desarrollo Sostenible | Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (fao.org)
En la región del Bajío han dejado de sembrarse miles de hectáreas, como ocurrió en el pasado ciclo O-I 2022'23, que ante la falta de agua en las presas, para aplicar al menos 3 riegos de auxilio en los cereales de invierno, los productores optaron por dejar descansar la tierra y esperar el ciclo Primavera Verano que es el más productivo y tiene el beneficio de la lluvia, cuya cantidad y distribución uniforme y constante durante el ciclo del maíz y sorgo, desde finales de mayo hasta septiembre inclusive, con más de 700 mm, permitía cosechas abundantes y seguras.
Ahora el Cambio Climático ha cambiado el patrón y cantidad de precipitación pluvial, cuyos datos más preocupantes son los 4 años con menos de 500 mm anuales registrados en el Estado de Guanajuato, en los últimos 12 años. Estos datos son una premonición de lo que puede llegar a ocurrir en el futuro. ¿Qué debemos hacer?
En la última década, se ha agravado la situación mundial del agua y esto ha derivado en propuestas para lograr su conservación y uso racional, cuya aplicación desafortunadamente no ha tenido los resultados esperados.
Para muestra basta revisar los siguientes datos publicados el pasado 22 de marzo en el Día Mundial del Agua:
1) Mueren al año 1,4 millones de personas y 74 millones verán acortada su vida a causa de enfermedades relacionadas con el agua.
2) Carecen de agua potable 2000 millones de personas en todo el mundo. Para el 2050 serán 5000 millones de personas.
3) Carece de saneamiento seguro 3600 millones de personas,
4) El 44% de las aguas residuales domésticas no se tratan de forma segura y,
5) Se estima que la demanda mundial de agua aumente en un 55 % para 2050.
La huella hídrica es un indicador tanto del volumen de agua utilizado para producir un bien o un servicio, como por su origen; la huella verde proviene del agua de la lluvia, la huella azul es el agua superficial y subterránea y la huella gris es el agua contaminada.
En consumo de agua en México asciende a 148,527 Hm3/año, de los cuales el 73.4% son huella hídrica verde, proveniente de la lluvia y la mayoría se aplican en la Agricultura. Ver cuadro 1
Cuadro 1. Huella hídrica de producción en México: Usos por color de agua
Origen y % |
Agrícola |
Pecuario |
Domestico |
Industrial |
HH verde; 73.4 |
76 |
24 |
|
|
HH azul; 11.0 |
85 |
6 |
8 |
1 |
HH gris; 15.6 |
49 |
0 |
39 |
12 |
Imagen 1. Huella Hídrica.
Bajo el modelo de Agricultura Sostenible Regenerativa se ha logrado reducir la huella hídrica en la producción de granos, toda vez, que el sistema de Labranza de Conservación (LC) o siembra directa (SD) por sí mismo, debido al mantillo protector del rastrojo sobre la superficie, permite ahorrar un 20% del agua en el suelo, debido que ésta se mueve como vapor de agua entre los microporos del suelo y al moverse hacia la superficie, topa con la capa de residuos, se condensa y regresa al suelo.
Adicional si se combina con la tecnificación de riego, utilizando riegos presurizados, como un sistema de riego por goteo subsuperficial, el ahorro es superior al 50%, se tienen registros de que la cebada bajo riego rodado en el sistema tradicional requiere de 1250 litros para producir un kilogramo de grano y con el riego por goteo referido y LC solo se consumen 540 litros para producir un kilo de cebada, reduciendo, por tanto, la huella hídrica. Con los datos mencionados se puede calcular la productividad del agua, obteniéndose 800 gramos de cebada/1 m3 de agua en riego rodado contra 1851 gramos/ 1 m3 de agua que se obtienen bajo riego por goteo SSP.
Para medir la huela hídrica en la agricultura se requiere tener medidores de flujo que mide el gasto de cada fuente de agua en litros por segundo (l/s), debiendo colocarse a la salida de pozo y estanques. Asimismo, para hacer un uso racional del agua, en las parcelas se deberá medir el contenido volumétrico del agua en el suelo, utilizando equipos de medición portátiles o fijos, como TDR, sondas watermark y tensiómetros.
Imagen 2. Uso de tensiómetros para medir la humedad del suelo en un cultivo de maíz bajo riego por goteo.
Otros medidores de humedad del suelo que puedes encontrar en Proain Tecnología Agrícola son.