El pepino es originario de las regiones tropicales del sur de Asia, siendo cultivado en la India desde hace más de 3000 años, después se extiende a Grecia y de ahí a Roma y posteriormente se introdujo a China. El cultivo del pepino fue introducido por los romanos a otras partes de Europa; aparecen registros de este cultivo en Francia en el siglo XVI, en Inglaterra en el siglo XIV y en Norte América en el siglo XVI, ya que Cristóbal Colón llevó semillas a América. El primer híbrido apareció en 1872.
Las hortalizas tienen particular importancia para la economía agrícola de México, por su contribución en la generación de divisas y empleo en el campo. El tomate, melón, sandía y pepino son las más importantes (SIAP, 2012). La FAO (2008) reporta que entre los países exportadores de pepino se encuentra México (669000 t), con un ingreso mayor a los 400×106 MXN, siendo los principales estados productores Sinaloa y Sonora, con superficies sembradas de 1,185.5ha de invernadero y 633.5ha de malla sombra en Sinaloa, 244.8ha de invernadero y 124.5ha de malla sombra en Sonora. Con rendimientos de 103.6t/ha en invernadero y 80.6t/ha en malla sombra para Sinaloa; 194.5t/ha en invernadero y 124.9t/ha en malla sombra para Sonora (SIAP, 2012).
Ilustración 1. Producción de pepino en invernadero de cristal.
Nutrición
Cabe destacar la importancia de la relación Nitrógeno/Potasio a lo largo de todo el ciclo del cultivo, que suele ser de 1/0.7 desde el trasplante hasta la cuarta-quinta semana, cambiando hacia 1/1 hasta el comienzo del engorde del fruto y posteriormente hasta 1/3. El fósforo juega un papel relevante en las etapas de enraizamiento y floración, ya que es determinante sobre la formación de raíces y tamaño de las flores. El calcio es un elemento determinante en calidad y favorece una mejor defensa de las plantas frente a enfermedades. Los microelementos van a incidir notoriamente en el color de la fruta, su calidad y la resistencia de la planta, principalmente el hierro y magnesio.
Ilustración 2. Sintomatología de una deficiencia en plantas.
El aporte de microelementos, que años atrás se había descuidado en gran medida, resulta vital para una nutrición adecuada, pudiendo encontrar en el mercado una amplia gama de sólidos y líquidos en forma mineral y en forma de quelatos, cuando es necesario favorecer su estabilidad en el medio de cultivo y su absorción por la planta.
También se dispone de numerosos correctores de carencias tanto de macronutrientes como de micronutrientes que pueden aplicarse vía foliar o riego por goteo, aminoácidos de uso preventivo o curativo, que ayudan a la planta en momentos críticos de su desarrollo o bajo condiciones ambientales desfavorables, así como otros productos (ácidos húmicos y fúlvicos, correctores salinos, etc.), que mejoran las condiciones del medio y facilitan la asimilación de nutrientes por la planta.
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Deficiencias nutricionales en pepino
Una inadecuada fertilización para el cultivo o para el tipo de suelo, por lo general desencadena una serie de deficiencias nutrimentales en ciertas etapas y órganos de la planta entre los cuales destacan:
Nitrógeno.
Se presenta como una clorosis en las puntas de las hojas viejas, en cuanto al fruto se hace más delgado y en la zona apical se ve más puntiagudo.
Ilustración 3. Deficiencia de nitrógeno.
Fósforo.
Se asocian los entrenudos cortos, así como plantas de muy bajo porte. Las venas de las hojas y los peciolos se tornan de color púrpura.
Potasio.
Las hojas jóvenes adquieren forma de copa y sus bordes se necrosan. El fruto se vuelve marrón o manchado y puede presentar forma enroscada.
Magnesio.
Las hojas más viejas presentan una clorosis intervenal, seguido de un moteado del follaje. Las venas de las hojas permanecen verdes mientras que el resto de la misma se torna clorótica. Las hojas jóvenes se enrollan, se vuelven frágiles y se deshidratan.
Hierro.
Las hojas jóvenes presentan clorosis intervenal, mientras que las más viejas permanecen verdes.
Calcio.
Los márgenes de las hojas detienen su expansión adquiriendo forma de copa invertida.
Ilustración 5. Síntoma de deficiencia cálcica en hoja joven de pepino, causado por un ambiente con baja iluminación y elevada humedad relativa.
Manganeso.
Las hojas jóvenes presentan clorosis intervenal.
Boro.
El ápice de crecimiento se torna clorótico y muere. Las hojas aparecen manchadas.
Molibdeno.
Las hojas viejas presentan clorosis intervenal. Más tarde, el margen de la hoja adquiere coloración marrón. Las plantas quedan achaparradas.
Las condiciones climáticas también afectan la demanda de nutrimentos, las plantas no pueden crecer si no toman la humedad del suelo y la pierden a través de las hojas en la transpiración; el ritmo de transpiración de una planta depende de la energía que recibe del sol. La temperatura del aire influye sobre los procesos físicos y químicos que se desarrollan en las plantas. El crecimiento y desarrollo vegetal dependen del equilibrio entre el calor y la humedad del suelo, cuya fuente principal de abasto es la precipitación y/o riego. Las condiciones climáticas afectan la disponibilidad y asimilación de nutrimentos, así por ejemplo en alta radiación solar, es mayor la demanda de boro y zinc, pero en baja radiación solar se reduce la asimilación de manganeso. En suelos fríos es lenta la toma de fósforo. En alta humedad relativa es lento en transporte de calcio a los puntos de crecimiento.
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Bibliografía
Castellanos, J. Z. (2004). Manual de producción hortícola en invernadero. CELAYA GTO.
Gonzalez, C. E. (2012). Dinámica nutrimental y rendimiento de pepino en sistemas hidropónicos con recirculación de la solución nutritiva. México.