LOS MACRONUTRIENTES Y SU RELACIÓN EN EL SUELO

Las plantas necesitan la combinación correcta de nutrientes para vivir, crecer y reproducirse. Cuando sufren de malnutrición, muestran síntomas de falta de salud. Tanto el exceso como la carencia de nutrientes puede causar problemas.

Existen dos tipos de nutrientes de plantas: macronutrientes y micronutrientes.

Los macronutrientes son aquellos elementos que se necesitan en relativamente grandes cantidades. Entre ellos se incluye nitrógeno, potasio, azufre, calcio, magnesio y fósforo; mientras que los micronutrientes son aquellos elementos que las plantas necesitan en pequeñas cantidades (en ocasiones cantidades traza), como hierro, boro, manganeso, zinc, cobre, cloro y molibdeno. Tanto macronutrientes como micronutrientes son obtenidos de manera natural del suelo.

Factores que intervienen en la absorción de nutrientes en las plantas

Las raíces de las plantas requieren ciertas condiciones para obtener estos nutrientes del suelo. En primer lugar, el suelo debe estar suficientemente húmedo para permitir que las raíces absorban y transporten los nutrientes. En ocasiones, corregir una estrategia de riego incorrecta, elimina los síntomas de deficiencia de nutrientes. En segundo lugar, el pH del suelo debe estar entre cierto rango para que los nutrientes sean liberables a partir de las partículas del suelo. Tercero, la temperatura del suelo debe encontrarse en un cierto rango para que ocurra la ingesta de nutrientes.

Ilustración 1. Medición de temperatura en suelo

El óptimo rango de temperatura, pH y humedad es diferente para diferentes especies de plantas. En consecuencia, los nutrientes podrían estar presentes físicamente en el suelo, pero no estar disponibles para las plantas. Un conocimiento del pH, textura e historial del suelo, puede ser muy práctico para predecir qué nutrientes van a estar en déficit.

Hay que tener en cuenta que cada variedad de planta es diferente y en consecuencia podría mostrar síntomas ligeramente diferentes.

Elementos primarios

En la mayoría de los cultivos, las necesidades de las plantas son superiores a las reservas existentes en forma asimilable de los elementos en el suelo, por lo que es necesario realizar aportes mediante el uso de fertilizantes.

Nitrógeno

Este elemento merece mención especial dado que es considerado el cuarto elemento más abundante en los vegetales tras el C, H y O.

Además, es el macronutriente que se suministra más frecuentemente como fertilizante, ya que las plantas lo requieren en grandes cantidades. Los procesos de combinación del nitrógeno con otro elemento reciben el nombre de fijación del nitrógeno y se realizan, en la naturaleza, gracias a la acción de ciertos microorganismos y a las descargas eléctricas que tienen lugar en la atmósfera. Sin embargo, la cantidad de nitrógeno fijado suele ser pequeña en comparación con la que las plantas podrían utilizar. Cerca del 99% del nitrógeno combinado en el suelo, se halla contenido en la materia orgánica. El nitrógeno orgánico, incluido en moléculas grandes y complejas, sería inaccesible a los vegetales superiores si no fuera, previamente, liberado por los microorganismos.

Ilustración 2. Deficiencia de nitrógeno en hojas de maíz

Potasio

El potasio es, tal vez, el elemento mineral que se encuentra en mayor proporción en las plantas y es relativamente frecuente en las rocas. Con independencia del potasio que se añade como componente de diversos fertilizantes, el potasio presente en los suelos procede de la desintegración y descomposición de las rocas que contienen minerales potásicos. Los minerales que se consideran fuentes originales de potasio son los feldespatos potásicos, la moscovita y la biotita.

A diferencia del fósforo, el potasio se halla en la mayoría de los suelos en cantidades relativamente grandes. En general, su contenido como K2O oscila entre 0,20-3,30% y depende de la textura.

La fracción arcillosa es la que presenta un mayor contenido de K, por lo que los suelos arcillosos y limo-arcillosos son más ricos que los limo-arenosos y arenosos, teniendo en cuenta también que la variación en el contenido de potasio está influenciada por la intensidad de las pérdidas debidas a extracción por los cultivos, lixiviación y erosión.

Ilustración 3. Síntoma de deficiencia potásica

Calcio

Además de su esencialidad, puede decirse que ningún otro elemento, exceptuando hidrógeno y potasio, ha recibido tanta atención desde el punto de vista de la fertilidad del suelo. El estudio del Ca ha demostrado su papel fundamental, no sólo en la estructura del suelo, sino también en la mecánica y química del complejo adsorbente, y su influencia sobre la capacidad de asimilación de otros elementos considerados esenciales para la planta.

El calcio presente en el suelo, aparte del añadido como fertilizante o enmienda, procede de las rocas y de los minerales del suelo, y su contenido total puede variar ampliamente. En los suelos considerados no calizos oscila entre el 0,10 y 0,20%, mientras que en los calizos puede alcanzar hasta un 25%.

Las concentraciones más bajas de calcio aparecen en suelos muy lavados, con capacidades de intercambio catiónico bajas, como sucede en algunos suelos tropicales. En regiones templadas, no es probable encontrar contenidos tan bajos de calcio de forma que este elemento suele representar del 75 al 85% del total de bases de cambio existentes.

Ilustración 4. Deficiencia de Calcio en frutos

Fósforo

A diferencia del nitrógeno, que puede incorporarse a los suelos por medio de la fijación bioquímica por microorganismos, el fósforo no posee tal ayuda microbiana. El fósforo procede únicamente de la descomposición de la roca madre.

Destacan que el contenido medio de P en la corteza terrestre es de 0,05%. La cantidad de fósforo total del suelo, expresada como P2O5, en raras ocasiones sobrepasa el valor del 0,50% y puede clasificarse, en general, como inorgánico y orgánico.

El fósforo inorgánico es casi siempre predominante, excepto en los suelos donde la materia orgánica se halla en una gran proporción. El fósforo orgánico suele ser mayor en las capas superficiales que en el subsuelo, debido a la acumulación de materia orgánica en las mismas. Debe indicarse también, en cuanto al contenido total, que generalmente suele ser más alto en los suelos jóvenes vírgenes y en las áreas donde las lluvias no son excesivas.

En los suelos cultivados tiende a acumularse en las capas superficiales debido a que parte de este elemento se pierde por lixiviación y a que las eliminaciones por las cosechas son generalmente pequeñas. La proporción de fósforo que procede del material originario oscila, en general, entre el 40 y 80% del fósforo total siendo el resto de origen orgánico.

Ilustración 5. Síntoma de deficiencia de fósforo en tomate

Un análisis de fertilidad de suelo, extracto de pasta saturada y solución nutritiva, nos indica la cantidad de nutrientes disponibles para la planta.

Proain Tecnología Agrícola tiene presente que el monitoreo de nutrientes en suelo es un factor clave para alcanzar nuestras metas de rendimiento. La baja cantidad o exceso de algún nutriente ocasiona desórdenes fisiológicos que se pueden evitar monitoreando el nivel de los nutrientes en suelo, planta y agua.

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Bibliografía
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