PLAGAS DE IMPORTANCIA ECONÓMICA EN PEPINO

El pepino (Cucumis sativus L.), es considerado como una hortaliza de fruto inmaduro, en México se consume como fruta fresca (pepino) y en algunos casos como encurtidos (pepinillos). La producción en el cultivo de pepino ha ido aumentando continuamente debido al incremento de la superficie sembrada y a la producción que se puede obtener con el uso de tecnología.

Esta hortaliza ha alcanzado gran importancia debido a la gran diversidad de climas y la adaptabilidad que presenta, ya que según datos de la SAGARPA esta hortaliza se cultiva en casi todo el Territorio Nacional siendo en 29 Estados donde se produce.

El pepino es una hortaliza que se consume en estado fresco o industrializado, ya que la mayoría de los cultivos hortícolas son ricos en vitaminas y de fácil digestión, en su mayoría son cultivos anuales y en algunos casos especialmente de temporada.

En general, definimos como “plagas” a todos aquellos organismos que interrumpen o interfieren con el beneficio directo o indirecto del hombre; sin embargo, en un sentido más amplio, se define como cualquier especie animal o vegetal que el hombre considera perjudicial a su persona, su propiedad o medio ambiente.

El manejo integrado de plagas (MIP) es definida como la selección inteligente de tácticas para controlar plagas que aseguran consecuencias económicas, ecológicas y sociológicas sostenibles. El MIP no busca la eliminación completa de plagas más sí la reducción de las mismas a niveles por debajo del umbral económico.

Principales plagas del pepino

Araña

Dos especies de arañuelas Tetranychus urticae Koch y T. cinnabarium son importantes plagas foliares de las cucurbitáceas. Tanto T. urticae como T. cinnabarium son pequeños ácaros que se encuentran principalmente en el envés de las hojas. El desarrollo desde el huevo hasta el adulto puede tener lugar en tan solo 6 días. La hembra es capaz de producir hasta 200 huevos, produciéndose explosiones de población en un corto tiempo.

Imagen 1. Producción de telaraña por exceso de araña en la planta.

Daño. Las arañuelas dañan picando las células de las hojas, principalmente en el envés. Extraen jugos vegetales y clorofila, interrumpiendo la producción normal de fotosintato. Una primera señal de infestación son las áreas punteadas en el follaje, cuando las picaduras avanzan las hojas se vuelven cloróticas. En infestaciones graves se producen abundantes telarañas en las hojas, en los tallos y en los frutos.

Control. La búsqueda de ácaros debe hacerse en los bordes de los campos y a lo largo de las acequias y superficies de malas hierbas. Cuando la población de ácaros es alta, pueden se necesarios los tratamientos de ciertos sitios o los tratamientos completos de campo. Utilizar los insecticidas recomendados para el control. Evitar el uso de piretroides sintéticos y carbaril cuando se hayan detectado arañuelas en un campo. Porque estos materiales agravan los brotes de ácaros.

Mosca blanca Trialeurodes vaporariorum y Bemisia tabaci

Las moscas blancas que colonizan los cultivos son fundamentalmente insectos polífagos subtropicales o tropicales. Son pequeños insectos homópteros.

Daños. Las moscas blancas dañan de cuatro formas: por daños directos de alimentación, por contaminación con excrementos (melaza), como importantes vectores de virus de plantas e induciendo desordenes fisiológicos o aparentemente fitotóxicos. Las fuertes densidades de la mosca blanca pueden ocasionar una caída de las hojas y una defoliación general. Las moscas blancas se alimentan en el envés de las hojas, haciendo difícil el control químico mediante métodos convencionales de aplicación.

Imagen 2. Exceso de población de mosca blanca en envés de la hoja de pepino.

Control. El seguimiento de la mosca blanca debe comenzar en el momento de la emergencia de la plántula. Se pueden emplear trampas amarillas pegajosas para atrapar adultos que se mueven en campo, y que indican cuándo se debe iniciar el muestreo para detectar ninfas. Se debe tomar muestras del follaje viejo e intermedio para detectar ninfas.  En el plan de control también hay que tener en cuenta a los enemigos naturales. Incluir la eliminación de residuos de cultivo después de la cosecha. 

Pulgón (Aphis gossypii y Myzus persicae)

Son las especies de pulgón más comunes y abundantes en los invernaderos. Presentan polimorfismo, con hembras aladas y ápteras de reproducción vivípara.

Daños. Los áfidos causan los daños de tres formas: por picaduras directas, por contaminación con excrementos y como vectores de los patógenos de las plantas. Los áfidos insertan estiletes tipo aguja intracelularmente, para alimentarse del floema en el tejido vascular subyacente, esto produce daño directo por la retirada del fotosintato necesario para llenar los frutos en el desarrollo. Un subproducto es la melaza excretada por los áfidos. Las altas cantidades de áfidos pueden causar una caída de las hojas y una defoliación general. También son vectores de patógenos de las plantas, la mayoría son virus de los grupos potyvirus y cocomuvirus.

Imagen 3. Amarillamiento de las hojas causadas por los piquetes de pulgón.

Control. La búsqueda de áfidos debe comenzar inmediatamente después de la formación de las primeras hojas verdaderas. Se debe prestar una atenta atención especial a la evaluación de los artrópodos beneficiosos. Las avispas parásitas mantienen con frecuencia las densidades de áfidos por debajo de los umbrales económicos. Los insecticidas no son eficaces para prevenir la extensión de los virus transportados por áfidos.

Minadores de hoja

Las moscas minadoras del género Liriomyza Mik figuran entre los insectos más perjudiciales que atacan a las cucurbitáceas. Durante una estación de crecimiento tienen lugar muchas generaciones que coinciden durante cierto tiempo. 

Daños. Las altas poblaciones de larvas pueden causar deformaciones en las hojas y abscisión foliar prematura, dando lugar a escaldaduras solares de los frutos. La actividad minadora de las larvas y el punteado por las hembras adultas pueden causar una reducción fotosintética. Los pinchazos matan a grupos localizados de células, causando depresiones cloróticas en la hoja.

Imagen 4. Galerías de minador en hoja de pepino y minador adulto.

Control. La búsqueda debe iniciarse antes de la floración y se debe comenzar los tratamientos cuando se observa numerosos pinchazos foliares o pequeñas minas en la mayoría de las hojas de la planta. La destrucción de malas hierbas de hoja ancha huéspedes y el entierro de los cultivos puede eventualmente ayudar en el control. En condiciones naturales, las larvas de los minadores son fuertemente parasitadas.

Trips frankliniella occidentalis

Los trips adultos tienen generalmente menos de 2 mm de largo y normalmente son de color pardo oscuro a marrón. Cada año se producen numerosas generaciones. Los trips pasan el invierno como ninfas y como adultos.

Daños. Los daños son causados tanto por adultos como por ninfas. Los trips se alimentan perforando las células de los tejidos de las yemas, flores y hojas, y succionando después los jugos de la planta en los puntos de alimentación. También se alimentan del polen. Las picaduras causan decoloración de las flores y yemas, y pueden producir abortos del fruto. Las áreas de alimentación de las hojas se vuelven de color plateado. Las plantas pequeñas pueden ser raquíticas y deformes. Los trips son también importantes como vectores de virus, transmitiendo tospovirus de una manera persistente.

Imagen 5. Manchas plateadas en hoja de lechuga ocasionadas por los piquetes de trips.

Control. Para su control se recomiendan insecticidas que deben aplicarse cuando los trips están presentes y los daños son evidentes. También se recomienda el control de malas hierbas dentro del cultivo.

Un control cultural puede reducir drásticamente las poblaciones plaga, en general para las diferentes plagas se recomienda:

  • Colocación de mallas en las bandas de los invernaderos
  • Coberturas plásticas al suelo y cultivos trampa
  • Eliminación de maleza dentro y fuera del cultivo
  • Fechas de siembra
  • No asociar cultivos

Un buen programa de monitoreo de plagas nos permite determinar las mejores opciones de control y determina la eficacia del método de control seleccionado. El programa de monitoreo debe incluir la inspección individual de las plantas, uso de trampas de monitoreo, e identificación correcta de plagas y organismos benéficos. El monitoreo es la base de cualquier programa de manejo integrado de plagas en invernadero. Debe realizarse una vez por semana desde el inicio al final del cultivo, y dos veces por semana si la plaga es detectada. Lupas de 5X, 14X y 20X serán necesarias para detectar la presencia o actividad de las plagas en el invernadero. De tomarse muestras, microscopios mono o binoculares son también recomendados para observar pequeños ácaros.

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Bibliografía
Javier Z. Castellanos. (2004). Manual de producción hortícola en invernadero. Celaya, Guanajuato, México: Intagri.
Thomas A. Zitter, D. L. (2004). Plagas y enfermedades de las cucurbitáceas . St. Paul, MN, USA: Grupo Mundi Prensa.
Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro . (s.f.). Repositorio UAAAN . Obtenido de http://repositorio.uaaan.mx:8080/xmlui/bitstream/handle/123456789/1315/EL%20CULTIVO%20DEL%20PEPINO%20%28Cucumis%20satuvus%20L.%29..pdf?sequence=1

 

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