PRINCIPAL LIMITANTE EN LA PRODUCTIVIDAD DEL TOMATE DE CÁSCARA

Introducción

El tomate de cáscara también conocido como tomatillo o tomate verde es una de las hortalizas más consumidas a nivel mundial, gracias a su importante contenido nutritivo y a su versatilidad que permite elaborar una amplia gama de productos destinados principalmente para la industria alimenticia y farmacéutica, lo cual ayuda a que la demanda por este fruto crezca de manera considerable con aumento del 4.7 por ciento al año.

En México el cultivo de tomate verde ocupa el quinto lugar en cuanto a superficie sembrada a nivel nacional con una producción de 700 mil toneladas anuales producidas en 42 mil hectáreas dividas en 28 estados de la República, lo cual posiciona al país en el noveno lugar como productor y en el tercer puesto como exportador; gracias a esto este producto se encuentra en el sexto lugar de las hortalizas más importantes del país después del chile, el jitomate y la calabaza.

Rendimiento del tomate verde

El rendimiento promedio nacional es de 12 t·ha–1, el cual se considera bajo con relación al potencial productivo del cultivo, que se estima en 40 t·ha–1 (Peña, 2001). No obstante, mediante el uso eficiente del agua se ha desarrollado un paquete tecnológico para la producción con fertirriego, donde el tomate de cáscara puede rendir hasta 80 t·ha–1 (Castro et al., 2000).

Entre los principales problemas que limitan el incremento de la producción y la productividad del cultivo de tomate de cáscara, están la disponibilidad y el alto costo del agua de riego, además del uso y manejo ineficiente de este recurso. Los sistemas actuales de producción de tomate de cáscara, tienen baja eficiencia productiva, entre otras causas, porque aplican altos volúmenes de agua por hectárea.

Imagen 1. Rendimiento y calidad del tomate de cáscara

El riego en la producción de tomate verde

El manejo del riego, y su monitoreo, constituye una de las técnicas más efectivas para obtener rendimientos óptimos, en cuanto a la cantidad y calidad de producto requeridas por el mercado (McCarthy, 1998; Van Leeuwen et al., 2003). Los métodos utilizados en la programación del riego pueden basarse en el conocimiento de las condiciones atmosféricas (estimación de la evapotranspiración), en el control de la humedad del suelo y en el seguimiento del estado hídrico de la planta. En general, estos son de dos tipos:

  1. Aquellos que consideran como punto de partida para la dosificación del riego, el balance hídrico del suelo calculado a partir de la estimación de la evapotranspiración de referencia (ET0) y la aplicación de coeficientes de cultivo, al utilizar los estimadores de contenido de humedad del suelo y de estrés hídrico de la planta como ayuda para la toma de decisiones (Myburgh, 1996);
  2. Las estrategias basadas en el seguimiento del contenido de agua del suelo, manteniendo la tensión matricial del suelo por encima de un determinado valor que varía según el estado fenológico del cultivo y los objetivos de producción y calidad deseados (McCarthy, 1998).

Imagen 2. Riego por goteo en tomate de cáscara

La evapotranspiración

Las necesidades hídricas del cultivo se relacionan con la evapotranspiración (ET), proceso del sistema suelo-planta que combina la pérdida de agua del suelo por evaporación y de la planta por transpiración (Burman y Pochov, 1994). Según la FAO (Allen et al., 1998), la evapotranspiración de referencia (ET0) se define como la máxima cantidad de agua que pierde un cultivo hipotético de referencia de una altura de 0.12 m, una resistencia de la superficie de 70 s m-1 y un albedo de 0.23 m, similar a la ET que ocurre en una superficie extensa de pasto verde de altura uniforme, que crece activamente y que está bien regada.

Para estimar la evapotranspiración de un cultivo específico se necesita considerar al propio cultivo y a las condiciones ambientales.  Las condiciones meteorológicas determinan la demanda evaporativa, mientras que el dosel del cultivo y la humedad del suelo determinan la magnitud en que la demanda será satisfecha.  La ET de un cultivo puede ser estimada si están disponibles las mediciones o estimaciones de ET0.  Estas mediciones o estimaciones representan la demanda meteorológica, y los coeficientes del cultivo representan la habilidad de las plantas y del suelo para satisfacer esa demanda.

Imagen 3. Proceso de evapotranspiración

Según un estudio realizado en Chapingo, Estado de México los coeficientes de cultivo (Kc) del tomate de cáscara crecido sin cobertura plástica fueron: en etapa vegetativa de 0.3, de 1.1 en floración y de 0.86 en maduración.  Cuando el cultivo se cubre con acolchado plástico, los coeficientes de cultivo se disminuyen a 0.2, 0.71 y 0.56 para las etapas vegetativa, floración y maduración, respectivamente.

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Bibliografía

Hidroponía, C. (15 de Junio de 2017). hidroponia.mx. Obtenido de http://hidroponia.mx/por-que-es-importante-el-cultivo-de-tomate-verde-en-mexico/
López López, R., Arteaga Ramírez, R., Vázquez Peña, M. A., López Cruz, I. L., & Sánchez Cohen, I. (Enero de 2010). Evapotranspiración del cultivo del tomate de cáscara (Physalis ixocarpa Brot.) estimada mediante el potencial mátrico del suelo . Chapingo .
R. López-López, R. A.-R.-P.-C.-C. (ene/abr. de 2009). Producción de tomate de cáscara (Physalis ixocarpa Brot.) basado en láminas de riego y acolchado. Chapingo, Estado de México, México.
SAGARPA, INIFAP. (Enero de 2001). Guía para cultivar tomate de cáscara en el estado de Morelos. Zacatepec, Morelos, México.

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