PRINCIPALES VENTAJAS DE PRODUCIR PLÁNTULAS DE MELÓN INJERTADO

Introducción

El melón (Cucumis melo L.), es una planta herbácea monoica cuyo origen se presume en Asia, la India y África. Cultivo de amplia difusión en el país a escala comercial. El mercado internacional consume diversos tipos de melón, en función de la época del año y los gustos de los consumidores de cada país. En las últimas décadas el melón ha pasado de ser un cultivo estacional más, a ser una de las especies importantes entre los cultivos hortícolas. En 1997, la producción de melón a nivel mundial se ubicó dentro de las 10 primeras frutas, después de la naranja, el banano y las uvas de mesa, pero por encima de la piña, la papaya y el limón.

Es una de las frutas tropicales más conocidas y demandadas por los países desarrollados. En los últimos años se ha incrementado su consumo gracias al auge de las ventas de productos procesados frescos (PPF), listos para consumir, modalidad en la cual el melón se destaca como una de las frutas más demandadas. Entre los melones que tienen una mayor comercialización a nivel mundial se encuentran los tipos Cantaloupe (Calameño) que son reticulados, con una cubierta tipo corcho o cáscara en forma de red; y Honeydew (Tuna) con cáscara lisa. También son importantes los melones Amarillo, Galia, Charentais y Piel de Sapo.

Épocas de siembra

Según García (1999), en la siembra de melón se tiene dos etapas o temporadas bien definidas. La primera corresponde a las siembras que se efectúan de octubre a mediados de noviembre; debido a las condiciones que se presentan en esta época, se dan condiciones favorables para el desarrollo de mildiu velloso (Pseudoperonospora cubensis), también se presenta considerable incidencia de bacteriosis (Ralstonia solanacearum) y la incidencia del gusano perforador (Diaphania sp). La segunda etapa corresponde a las siembras que se realizan en febrero, donde se encuentran condiciones favorables para el desarrollo de mildiu polvoso (Erysiphe cichoreacearum, Sphaerotheca fuliginea), áfidos (Aphis gossypii), ácaros (Tetranichus telarius), mosca blanca (Bemisia tabaci), estos son agentes transmisores de virus.

El injerto como método de prevención de enfermedades

El cultivo de melón es susceptible a diferentes patógenos del suelo, los cuales disminuyen considerablemente la producción, dando como resultado fruta de mala calidad.

La técnica del injerto permite cultivar especies sensibles a ciertas enfermedades de suelo, utilizando el sistema radicular de patrones tolerantes o resistentes. Se trata de proteger a la planta de enfermedades que se transmiten desde el suelo y afectan a la raíz o a los vasos conductores de savia y que pueden llegar a producir la muerte de la misma.

Ilustración 1. Plántula de melón injertada, uso de laminilla

Estas enfermedades se presentan, una o varias de ellas, indefectiblemente, cuando se repite con frecuencia el cultivo sobre el mismo suelo, aunque se desinfecte con productos químicos, fumigantes de amplio espectro, entre cultivos consecutivos. Incluso en suelo contaminado, el portainjertos permanece sano y puede proporcionar la solución nutritiva a la parte aérea, a la vez que recibe de ella los fotoasimilados necesarios para su crecimiento.

La finalidad principal que se le está dando a las plantas hortícolas injertadas es la prevención de enfermedades y evitar la fatiga del suelo, pero esta tecnología se puede utilizar con otros propósitos.

Control de patógenos de suelo con utilización de injerto

Aunque son varias las utilidades del injerto, se emplea fundamentalmente para evitar una o varias de las siguientes enfermedades:

Fusariosis vascular (Fusarium oxisporum f. sp. melonis)

Se considera en muchos países el principal patógeno de suelo que afecta al melón. Hasta la fecha se conocen cuatro razas de este hongo, 0, 1, 2 y 1-2. Existen variedades comerciales de melón con resistencia a una o varias razas de enfermedad, pero ninguna a todas las razas.

Ilustración 2. Daño causado por Fusarium

Colapso o muerte súbita

Son varios los patógenos implicados en procesos que terminan con la marchitez y muerte de plantas en cultivos de melón y sandía. Bajo los ambiguos términos “colapso” o “muerte súbita” se engloban una serie de afecciones cuya expresión final es la muerte rápida de la planta, generalmente es estados avanzados de su desarrollo, provocada por un fuerte desequilibrio entre necesidades hídricas de la parte aérea y la cantidad real de agua que llega hasta ella.

El colapso puede ser provocado por: el Virus del cribado del melón (MNSV) cuyo principal vector es el hongo Olpidium bornavanus. Produce estrías sobre el tallo y cuello de la planta y, finalmente, una marchitez súbita y muerte de la misma (muerte súbita).

El complejo formado por algunos hongos de suelo tales como Monosporascus cannonballus y Acremonium cucurbitacearum que producen el mismo efecto. Todas las cucurbitáceas son susceptibles a Monosporascus, pero mientras que el hongo se aísla fácilmente de las raíces de melón y sandía, es difícil encontrarlo en las de Cucurbita. Otras plantas silvestres de su misma o distinta familia le pueden servir de hospedantes, aunque solo melón y sandía son afectadas por el hongo. La solarización no es eficaz para su control, puesto que se trata de un organismo termófilo.

Ilustración 3. Colapso o Muerte súbita en melón

Nematodos

De los distintos géneros de nematodos, Meloidogyne es prácticamente el único que afecta a cucurbitáceas. Cuando se arrancan las plantas atacadas se pueden apreciar sobre las raíces unos abultamientos de forma y tamaño irregular, agallas o nódulos, que aparecen por hipertrofia de los tejidos en la zona de alimentación de los nematodos. Puede llegar a la destrucción total del sistema radicular y muerte de la planta.

Ilustración 4. Agallas de la raíz causado por Meloidogyne

Fatiga del suelo

La repetición del mismo cultivo da lugar a una disminución de los rendimientos y a una falta de vigor de las plantas, aun cuando no haya una causa patológica evidente. Este fenómeno conocido como “fatiga del suelo” es más acusado en algunas especies y probablemente es debido al exudado de sustancias tóxicas por la raíz para la misma especie de plantas. El modo de evitar este efecto, además de la rotación de cultivos y la desinfección de suelo, es el injerto sobre especies menos sensibles. Hay grandes diferencias en el potencial autotóxico de las distintas cucurbitáceas, estando el melón entre las más sensibles y siendo mucho menos, Cucurbita moschata, Lagenaria leucantha y Luffa cilíndrica.

Proain tecnología agrícola tiene las herramientas para la sujección del injerto de las cucurbitáceas, laminilla para injerto, la mejor opción de sujección.

Lámina para injerto.

Las laminitas representan una opción de material de sujeción, que permiten ensamblar el patrón y el injerto, para aumentar la firmeza de la unión.

 

 

 

 

Bibliografía

Alfredo Miguel, F. C. (s.f.). Injerto de melón. Valencia, España.

CRUZ, E. O. (15 de JUNIO de 2015). Tesis " EVALUACIÓN DE PORTAINJERTOS PARA LA PRODUCCIÓN DE MELÓN TIPO HARPER; IPALA, CHIQUIMULA". ZACAPA, GUATEMALA .

INIA. (2017). Manual de manejo agronómico para cultivo de melón Cucumis melo L. Santiago, Chile .

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